La salsa bechamel es una de las salsas más versátiles y deliciosas en la cocina. Se utiliza en una amplia variedad de platos, desde lasañas y canelones hasta croquetas y gratinados. En este artículo, te presentaremos una selección de recetas que aprovechan al máximo el sabor y la textura de la bechamel de brick. Descubre cómo puedes utilizar esta salsa para crear platos deliciosos y sorprendentes.
En qué platos se utiliza la salsa bechamel
La salsa bechamel es un ingrediente fundamental en muchas recetas clásicas de la cocina. Se utiliza como base para lasañas, canelones, croquetas y gratinados, aportando una textura cremosa y un sabor suave y delicado. También se utiliza en platos de verduras, como las espinacas a la crema, y en algunas preparaciones de pescado, como el gratinado de bacalao.
Además de ser una salsa deliciosa, la bechamel también es muy versátil. Puedes utilizarla como base para crear tus propias recetas, añadiendo ingredientes adicionales como queso, jamón o mariscos. También puedes utilizarla como salsa de acompañamiento para carnes y aves, o como salsa para mojar en bocadillos y panes.
Qué hacer con salsa bechamel sobrante
Si te ha sobrado salsa bechamel de alguna receta, no la desperdicies. Hay muchas formas de aprovecharla y darle un nuevo uso en la cocina. Una opción es utilizarla como base para una sopa cremosa, añadiendo caldo y otros ingredientes como verduras, pollo o pescado. También puedes utilizarla como salsa para pasta, mezclándola con tu pasta favorita y añadiendo ingredientes como champiñones, espinacas o pollo.
Otra opción es utilizar la bechamel sobrante como relleno para empanadas o pasteles salados. Simplemente extiéndela sobre una masa de hojaldre o masa quebrada, añade tus ingredientes favoritos, como jamón, queso o espinacas, y hornea hasta que esté dorado y crujiente. También puedes utilizarla como base para pizzas caseras, extendiéndola sobre la masa y añadiendo tus ingredientes favoritos.
Recetas con salsa bechamel y pollo
Una combinación clásica y deliciosa es la salsa bechamel con pollo. Puedes utilizar esta combinación para crear platos reconfortantes y sabrosos. Una opción es hacer un gratinado de pollo, donde se cocina el pollo en una salsa bechamel y se cubre con queso rallado antes de gratinar en el horno. También puedes hacer croquetas de pollo con bechamel, donde se mezcla el pollo desmenuzado con bechamel, se forman croquetas y se fríen hasta que estén doradas y crujientes.
Otra opción es hacer una lasaña de pollo y bechamel, donde se intercalan capas de pasta, pollo desmenuzado y salsa bechamel en un molde para horno, y se hornea hasta que esté dorado y burbujeante. También puedes hacer una cazuela de pollo y bechamel, donde se cocina el pollo con verduras y se cubre con bechamel antes de gratinar en el horno.
Para qué se utiliza la salsa bechamel
La salsa bechamel se utiliza principalmente como base para otras preparaciones, pero también puede ser utilizada como salsa de acompañamiento o como salsa para mojar.
Al ser una salsa cremosa y suave, combina bien con una amplia variedad de ingredientes y sabores. Puedes utilizarla como salsa para acompañar carnes asadas, como salsa para mojar en bocadillos o como salsa para pasta.
También puedes utilizar la bechamel como base para otras salsas, como la salsa de queso o la salsa de champiñones. Simplemente añade los ingredientes adicionales a la bechamel y cocina a fuego lento hasta que esté bien mezclado y caliente. Esta salsa se puede utilizar para gratinar verduras, carnes o pastas, añadiendo un delicioso sabor y textura cremosa.
Recetas con bechamel y pasta
La combinación de bechamel y pasta es una de las más clásicas y deliciosas en la cocina. Puedes utilizar esta combinación para crear platos reconfortantes y sabrosos. Una opción es hacer una pasta gratinada con bechamel, donde se cocina la pasta al dente, se mezcla con bechamel y se cubre con queso rallado antes de gratinar en el horno.
También puedes hacer una pasta a la carbonara con bechamel, donde se cocina la pasta y se mezcla con bechamel, huevo batido, panceta y queso rallado. Otra opción es hacer una lasaña de pasta y bechamel, donde se intercalan capas de pasta, bechamel y otros ingredientes como carne o verduras en un molde para horno, y se hornea hasta que esté dorado y burbujeante.
¿Cuál es el origen de la salsa bechamel?
La salsa bechamel es originaria de Francia y lleva el nombre del marqués Louis de Béchamel, quien supuestamente la inventó en el siglo XVII. Sin embargo, su origen puede remontarse a la antigua cocina romana, donde se utilizaba una salsa similar llamada “salsa blanca”.
¿Qué ingredientes se necesitan para hacer salsa bechamel?
La salsa bechamel se hace a base de harina, mantequilla y leche. Se cocina la harina en la mantequilla derretida hasta que esté dorada, y luego se añade la leche caliente poco a poco, removiendo constantemente hasta que la salsa espese. Se sazona con sal, pimienta y nuez moscada al gusto.
¿Puedo congelar la salsa bechamel?
Sí, puedes congelar la salsa bechamel. Debes dejarla enfriar completamente antes de transferirla a un recipiente apto para congelar. Puedes congelarla por hasta 3 meses. Para descongelarla, simplemente colócala en el refrigerador durante la noche y luego caliéntala suavemente en una cacerola a fuego lento, removiendo constantemente.
¿Puedo sustituir la leche por otro líquido en la salsa bechamel?
Sí, puedes sustituir la leche por otros líquidos, como caldo de pollo o caldo de verduras, para darle un sabor diferente a la salsa bechamel. También puedes utilizar leche de almendras o leche de soja para hacer una versión vegana de la salsa bechamel.
La salsa bechamel de brick es una opción práctica y deliciosa para añadir a tus recetas. Ya sea que la utilices como base para otras preparaciones o como salsa de acompañamiento, su sabor cremoso y suave seguramente deleitará a todos los comensales. Experimenta con estas recetas y descubre nuevas formas de disfrutar de la salsa bechamel.